JOSE MARIA JARABO (ESPAÑA)


Trabajar y vivir en una constante vida de fiesta fiesta es una situación que se puede mantener por un tiempo, pero si gastas mucho dinero, no trabajas, y aparte te gustan las mujeres y la buena vida, pues ahí la cosa cambia.
Tal es el caso de José Maria Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez Morris, un autentico dandy madrileño de 35 años, entregado por completo a los excesos, como bebedor empedernido, drogadicto, y con una gran debilidad por las mujeres, le quedaba poco tiempo para otras cosas, como trabajar, el vivía gracias al dinero que su madre le enviaba cada mes desde puerto rico, que estaba calculado para cubrir los gastos de todo un mes el pero le duraba solo unos días. José era en palabras de sus conocidos un tipo bien parecido, de conversación amena y un poder de convencimiento bárbaro, y tenia la fama de estar muy bien dotado, sexualmente hablando, sus conquistas abarcaban desde señoras casadas, señoritas, viudas, el no hacia ninguna discriminación, para todas ellas tenia “amor”, pero todo era superficial, no pasaba de una noche de pasión.
una mujer casada vendría a ser la causa de sus desgracias, resulta que esta mujer en un arrebato de pasión, le dejo una sortija de brillantes en prueba de su profundo amor, José en la situación en la que se encontraba, de inmediato fue y la empeño, así paso un tiempo hasta que la mujer le escribe una carta pidiéndole que de inmediato le regrese la joya, ya que es un regalo de su marido y este ha comenzado a sospechar al no vérsela puesta, José no la puede desempeñar, porque debe lo del empeño junto con los intereses acumulados por no sacarla. En este tiempo el dinero escasea mas de lo habitual y desesperado hipoteca la casa donde vive a escondidas de sus padres, y se va a vivir a una pensión, en un cuarto de una sola cama y baño comunal, algo contrastante con el nivel de vida que intentaba mostrar a sus amigos. Con el problema de la sortija encima decide presentarse en la tienda de empeños donde la dejo para tratar de llegar a un acuerdo con los dueños, pero el sabe desde antes que sin dinero no habrá ningún arreglo, y en honor a la verdad el no hubiera hecho nada si la mujer no le interesara tanto, ya que es la única mujer que según el ha amado.
José llega ala casa de empeño y le expone el caso al empleado, pero este no le ofrece ninguna solución que no sea la de pagar, Jarabo sale del local, pero deja su carta olvidada por ir absorto en sus pensamientos y piensa que de saberse sus amoríos la reputación de la dama quedaría por los suelos, y decide que visitara a el dueño en su domicilio, pero una idea para arreglar sus males comienza a rondar por su cabeza. Son las nueve de la noche cuando José llega a la calle Lope de rueda numero 57, que es la casa de uno de los dueños, toca el timbre con cuidado de no dejar su huella digital, al abrir se presenta con la sirvienta como amigo de el dueño, de nombre Emilio Fernández, la sirvienta se da la vuelta para anunciarlo y José aprovecha para tomarla de el cuello, forcejean hasta cerca de una mesa, de donde toma un cuchillo y se lo entierra justo en el pecho, de el fondo de la casa la voz de Emilio, se oye llamando a la sirvienta, José arrastra el cuerpo a un lado y se esconde en un rincón de la casa, Emilio se encamina a el baño y pasa frente a donde esta agazapado José, que sin perder la oportunidad se abalanza sobre el derribándolo, saca de entre sus ropas una pistola, y le dispara en la cara sin pensar. Se incorpora todavía sin darse cuenta de lo que acaba de hacer, y oye que alguien entra a la casa, se arregla lo mas que puede y camina hacia la entrada, se encuentra de frente con la esposa de Emilio, de nombre Amparo Alonso, y antes de que la mujer diga algo se presenta como inspector de hacienda, y menciona que tiene detenidos a su esposo y a la sirvienta, la mujer nota el nerviosismo del supuesto inspector y trata de salir de la casa, Jarabo la toma del pelo, y la mujer grita fuerte pero es lo ultimo que logra hacer, ya que es arrastrada hasta otra habitación y recibe una bala en la nuca, muere en el instante.
Al terminar su obra se dedica a plantar pistas falsas con el fin de confundir a la policía, al finalizar se bebe una botella de licor y se queda dormido en la habitación de los dueños, a la mañana siguiente después de buscar afanosamente la sortija y la carta con resultados negativos, toma dinero y alhajas y sale del domicilio y esta vez se dirige a la casa de el socio del prestamista de nombre Félix López Robledo, pero fiel a sus costumbres hace un espacio para desayunar y beber unas copas de brandy, entra al cine, ve dos funciones y después retoma sus pasos, y se esconde a unos pasos de la tienda a esperar su presa, y no espera mucho, Félix pasa por un lado de José y solo siente que es tomado por el cuello, el frió acero de el cañón de la pistola toca su nuca, y dos detonaciones terminan con su vida, Jarabo entra a la tienda y registra todo pero no encuentra nada, la frustración comienza a hacer sus estragos en el, sale de el local y camina hacia la pensión se despoja del traje, y se vuelve a cambiar pulcramente, sale de nuevo pero esta vez se dirige a dejar su traje manchado de sangre en la tintorería, y luego se entrega a una delirante borrachera en la que las drogas hacen acto de presencia, la juerga dura hasta el siguiente día, ya para entonces la noticia de los asesinatos le da la vuelta a España, el dueño de la tintorería asustado por el estado del traje ensangrentado da parte a la policía, y José Maria Jarabo es detenido y en su poder se encuentran las llaves de ambos negocios, la pistola, y algunos objetos de valor pertenecientes a los prestamistas, y aunque al principio se resistió, al final termino confesando todo con lujo de detalle. El juicio se celebro y fue encontrado culpable de robo y asesinato con premeditación, fue sentenciado a cuatro penas de muerte y lo ejecutaron un 5 de julio de 1959 bajo el castigo del garrote, que consistía en poner una cuerda alrededor del cuello y con un palo darle vueltas como un torniquete, hasta que el condenado muriera de asfixia o el cuello cediera quebrándose, y para mala suerte fue el ultimo condenado a morir por este método.
Pues ya ven hay que trabajar y divertirse, pero siempre buscando un buen punto medio entre las dos actividades, o como ven. Saludotes.

No hay comentarios: